Alberto Cococho Álvarez es uno de los referentes de ADPUT, socio Fundador y referente del equipo de Ingenieros C nos cuenta las nuevas sensaciones que siente en este retorno luego de una ausencia prolongada. Además, lo que le genera verlo a aquel chiquito que
solía traerlo a la escuelita de fútbol y hoy ya viene solo en su auto a jugar en el equipo de Médicos P
Antes de analizar el retorno que más que futbolístico es presencial, quiero corregirte un poquito. Yo me siento de todos los profesionales, me siento ingeniero de ADPUT. Si bien siempre jugué en Ingenieros C, el hecho de haber tenido en mis manos la organización, haber empezado de cero me llevo a confraternizar muy de cerca con todos los equipos que participaron y por ende de todas las profesiones y esto lo vengo cultivando desde la época de la facultad.
En cuanto al retorno, los años pasan y se sienten porque vienen acompañados de algún dolor, tal vez sea por la lucha fragorosa de los partidos o simplemente por el alma…naque que nos canta el tiempo transcurrido.
Comenzamos a jugar para fortalecer el movimiento de profesionales universitarios a través de la Federación de Entidades Profesionales Universitaria de Tucumán (FEPUT). El hecho de que Santiago (mi hijo) haya ingresado a ADPUT es cumplir uno de los sueños que tuvimos cuando formamos ADPUT. Cuando creamos la Institución empezamos a pensar en otra dimensión, con estructura propia y en esa estructura veíamos también reflejada a la familia, que en definitiva no se tradujo a toda la familia, pero si se hace extensivo a nuestros hijos.
Lo vi a Santiago jugar en la escuelita del predio y fue emocionante verlo en su primer partido como profesional creo que todos estaban emocionados y vos además estabas orgulloso
También me emocioné y soñé mucho con ese momento porque en definitiva uno ha trabajado y aportó bastante esfuerzo y material para tener un complejo donde también nuestros hijos puedan participar no tan solo con nosotros sino con otros profesionales. En definitiva, una vez que se cumple el sueño uno recapacita y mira hacia adentro y dice que todo el esfuerzo no fue en vano.
Santiago Álvarez. – ¿Que se siente jugar en la cancha donde lo viste jugar muchos años a tu papá y ahora hacerlo vos desde el lugar de profesional?
La verdad que para mí es importante y muy fuerte por el hecho de haber ido muchos años a verlo a mi papá y ahora que comencé a jugar en un equipo fueron muchas sensaciones porque era cumplir un sueño que tuve de chiquito, por todo lo que significa ADPUT dentro de los profesionales universitarios. Después de verlo tanto tiempo desde afuera mi primer objetivo era una vez recibido jugar en ADPUT. Por suerte ya lo pude lograr.
Alberto. – ¿Tienen pensado hacer un partido de fútbol entre padres e hijos para disfrútalos en la era de profesional universitario?
Creo que hay muchos profesionales que están en nuestra misma situación de padres e hijos que están jugando y otros padres que hicieron su aporte al club pero que no juegan. Está dando vuelta la idea de hacer un partido mixto entre padres e hijos para poder seguir disfrutando de los hijos, hacer un gran asado de confraternidad, cambiar opiniones y sensaciones, creo que es una forma de exteriorizar ese anhelo que tuvimos contenido durante mucho tiempo y que se hizo realidad. Con esto, vamos a poder manifestar junto con otros colegas profesionales los mismos sentimientos sin ningún temor ni vergüenza, sin que nadie nos juzgue de sensiblero. Se está gestando la idea así que vamos a ver de lograrlo.
Santiago. – La idea de jugar de padres e hijos me parece bárbara y me recuerda que, cuando era chico me ponía detrás del arco cuando jugaba mi viejo y siempre me imaginaba estar ahí, o cuando cursaba el secundario no veía la hora que llegara el verano porque hacían amistosos para que me inviten a jugar con mi papá. Para mí era y es algo hermoso poder compartir un espacio tan significativo para nosotros y jugar a la par de mi viejo, ¡es lo más! ya tuve la suerte el año pasado de compartir una experiencia en las Olimpiadas de Ingenieros, pero ahora que se dé la posibilidad de jugar al fútbol en calidad de profesional a la par de él, es algo soñado.
Santiago. – ¿Que se siente jugar en este equipo de Médicos P, como llegaste, como te recibieron?
Llego de la mano de unos amigos como el Mocho Rodríguez Yonseng y de Alejandro Lisiak que fueron compañeros de colegio. Los chicos me recibieron excelentemente bien desde el primer día. Más que un equipo es un grupo de amigos, donde todos nos llevamos bastante bien. Todos aportamos desde adentro o fuera de la cancha y es lindo compartir así porque tenemos bien en claro que es lo que queremos: Divertirnos, pasar una buena tarde de fútbol y obviamente ganar si se puede.
¿Sé que son de estirarlo al tercer tiempo?
Si bien estoy desde hace poco, pude quedarme a compartir el clásico asado con el grupo y la verdad que se disfruta. Todos saben que después del partido se viene lo mejor, más allá del resultado.
Lo que más me gusta de ADPUT es que podemos compartir con amigos sea del equipo o no, tengo amigos, compañeros de colegios o de la facultad, de la vida, del trabajo, a los que a veces uno enfrenta y de pronto se hace un partido de amigos que (en mi opinión) es lo más lindo que tiene el fútbol. En el tercer tiempo no importa la camiseta que tengamos lo importante es compartir el momento. Eso es impagable.
Alberto. – ¿Ingenieros C también son de hacer un lindo tercer tiempo?
ADPUT tiene éxito porque nos hemos dedicado a una disciplina deportiva que la cultiva la mayoría de los profesionales que quisieron ser futbolistas federados y seguramente por los estudios no pudieron. Desde el primer momento les ofrecimos ADPUT con las condiciones similares a los de la Liga, con árbitros, canchas de primer nivel, después se fueron agregando los vestuarios y otras comodidades. Si bien el pretexto es jugar y querer ganar como dice Santiago, no es el objetivo principal, porque el objetivo principal es poder confraternizar, recrearnos, despuntar el vicio con todas las de la ley porque queremos ganar y echamos manos a todo lo que es licito para vencer, pero sin perder el objetivo de la confraternización que se traduce en el tercer tiempo. Por eso la mayoría de los equipos (por no decir todos) los que militan en ADPUT son grupos de amigos, antes que nada, y esa amistad o esa relación se incrementa a través del fútbol, y el hecho de haber creado diferentes categorías para poder compartir todos en un nivel de acuerdo a la edad que tengan.